jueves, 17 de diciembre de 2009

Marina en el país de las referencias

Lo de encontrar trabajo en este país es algo que yo no he visto en mi vida. Por otra parte, si lo piensas bien, es lo que hace que no haya cualquier personajillo trabajando en hoteles de cinco estrellas como el Hilton... bueno, quizás éste no sea un buen ejemplo.

En fin, que si piensas en venir a trabajar al Reino Unido, lo primero... no vengas, al menos no ahora, pues esta crisis económica no tiene nada que envidiarle a la de España. Segundo, asegúrate unas cuantas referencias, y si hablan en inglés, mejor que mejor.

Esto de las referencias llega a rozar los límites de lo absurdo. Pedro y yo finalmente conseguimos trabajo: él limpiaba cocinas y yo limpiaba habitaciones. Que tú piensas "qué referencias te van a pedir pa limpiar mierda?" Pues sí, todas las que puedan. De hecho te piden 2, mínimo. Y, por supuesto, que hablen inglés. No vale lo de " Es que ninguno de ellos habla inglés porque, claro, entiéndeme, están en España y es un negocio pequeño, y bla bla bla". NADA. Si quieres trabajar aquí, asegúrate un par de ellas.

Pero digo que roza lo absurdo porque, evidentemente, puedes mentir como un condenao. ¿Quién va a comprobarlo? Es posible que, si son un poco más quisquillosos, pidan el sello de la empresa donde trabaja tu referencia, pero hay muchas maneras de evitarlo, que, por supuesto, no diré abiertamente.

También puedes traer una carta de recomendación, pero a algunos no les vale quieren hablar directamente con la persona en cuestión.

Otra cosa que te puede pasar es que te pidan, como en mi caso (en mi extensa búsqueda de trabajo), que tus referencias le manden un e-mail a la empresa a la que aspiras a entrar. Este caso es el más fácil de manejar, por supuesto.

Así que ya lo sabes, tanto si quieres ser ministro, como limpiar 2 horas al día en un hostel de mala muerte, prepara tus puñeteras referencias. Debe ser que aquí la mierda vale su peso en oro, porque sino no lo entiendo. Aunque tampoco hay que ser tan felices como en España, que con un currículum inflado entras donde sea ¿no? Bueno, juzgad por vosotros mismos y venid preparados.

¡Ah! Y hablando de currículums inflados. Prepara un currículum en el que digas que tienes experiencia en el puesto al que aspiras, aunque no sea verdad. Ya ves tú lo difícil que es barrer y fregar ¿no?, o lavar coches, pues o reflejas tu experiencia en el curri o lo llevas fatal.

sábado, 5 de diciembre de 2009

Cambios, cambios y más cambios...

A todos mis fans... ¡sigo viva! Ha sido el mes de los cambios con crisis de convivencia incluida, nuevo trabajo, nuevas sensaciones, pensamientos diferentes cada dos o tres días... ¡Diós! ¡Qué estrés! Y eso que venía a encontrarme a mí misma y a vivir una experiencia...

Pues la verdad es que experiencias sí estoy viviendo, lo de encontrarme a mí misma es más difícil; el problema es que cada semana encuentro un nuevo yo, que tiene unos pensamientos y unas exectativas muy diferentes del 'yo' que había encontrado la semana anterior y, por supuesto, totalmente distintas del que aparecerá la próxima. Así que no me queda más que experimentarlo todo como venga.

Esta semana actualizaré las últimas experiencias, que son muuuuuuuuuchas, 'El país de las referencias', 'Immigrante pero to pa lante', 'Edimburgo tiene playa', 'La cuenta del banco'... y mucho más.

¡¡¡Os veo pronto!!!

lunes, 16 de noviembre de 2009

Y con el dinero ¿qué? El banco y el colchón.

Ingresar dinero, dónde sea, lo que se dice, meter euros (o, en este caso, pounds) en cualquier banco, debería ser fácil ¿no?. Pues no lo es en el Reino Unido, o al menos no lo ha sido en nuestro caso.

Ahora que sabemos todo lo que sabemos... puedo dar algunos consejillos al respecto:

1. Si no tienes trabajo, prueba en el HSBC. Tienen una cuenta para "immigrantes" en la que, por un módico precio mensual, puedes abrir una cuenta sin tener trabajo. Además te la abren en el momento.

Tienes una sucursal en 118 Princess Street, hace esquina.

2. Tambié puedes probar el el LLoyds, pero di que es una cuenta de ahorro, en la que quieres meter todo el dinero que te has traído en efectivo desde España. En esta no tienes que pagar, pero tardan una semana en dártela, más o menos.

Tienes una sucursal en 30 Hanover Street, cerca de George Street.

3. No vayas al National Bank of Scotland, aunque sea del que mejor hablan y el banco por excelencia de Escocia. A no ser, claro, que tengas trabajo y todo lo que te piden: una prueba de residencia en UK, por ejemplo, la factura de la luz. Si, como en nuestro caso, eres un realquilado y no tienes contrato del piso, no podrás presentar nada. Si tu casero te quiere hacer una carta, perfecto, sino, sólo podrás presentar tu DNI. Y, lógicamente, en tu DNI aparece la dirección española, con lo cual, los listos te dicen que no te la pueden abrir porque no aparece la dirección en Edimburgo. Sí, claro! voy a cambiar mi DNI para abrirme una cuenta aquí, ¿no? Además, tardan entre una y dos semanas en contestarte.

4. Por supuesto, no digas que te vas a ir en 2 meses o 3, pues el mínimo de permanencia son 6 meses y en la mayoría de ellos, no te la querrán abrir. Además, pueden pasar 2 cosas: si la cierras sin haber cumplido la permanencia, es posible que no te vuelvan a abrir una cuenta en el Reino Unido nunca más; y si la dejas "durmiente", que le llaman, es decir, te vas a España y la dejas sin meter dinero hasta que te la cierren ellos, te pasará lo mismo.

5. Averigua que ventajas tiene el Santander, cuyo banco aquí es el Abbey. Yo no lo sabía cuando me vine, y lo curioso es que tenía una cuenta en España en ese banco y la cerré antes de venir. Seguramente sea mucho más cómodo, el tema de transferencias de dinero, etc.

Tienes una sucursal en 2-4 Sandwick Place.

6. Tráete dinero en efectivo, aunque tengas que guardarlo bajo el colchón o llevarlo encima unos días. En nuestro caso, que vinimos a lo Paco Martínez Soria (sin piso, sin trabajo, sin información...), nos fue de perlas. Nos vinimos con unas 3.000 libras. Quizás fue demasiado, pero en la primera semana que estuvimos buscándonos las castañas, nos gastamos una barbaridad.

Incluso para cuando ha venido nuestras familias a visitarnos, al tener tanto dinero en efectivo, nosotros hemos hecho de "banco" para cambiarles los euros por pounds, sin tener que pagar comisión. Porque, SÍ COBRAN COMISIÓN. Aunque te vayas a un post office, te cobran. Cuando vino mi hermano, en Internet vi que la libra estaba a 1,11€. Pues en el post office nos cobraron 1,23€ por cada libra.

7. Infórmate, por si a caso, si la empresa para la que vas a trabajar puede transferirte dinero a tu cuenta española. Si no es así, y tienes la mala suerte que hemos tenido nosotros, que el cheque de nuestro último mes trabajado nos lo pagan cuando ya estemos en España, pagarás una comisión altísima, tanto por ingresarlo como por cambiar el dinero, claro, de libras a euros.

Así que ya lo sabes, ahorra para vivir esta aventura y, sobre todo... infórmate muy bien y resuelve todo lo que puedas desde España.

miércoles, 28 de octubre de 2009

A base de pounds…

Cuando uno sale de su casa por primera vez, creyendo que es una persona totalmente independiente, bastante sabida de experiencias y sin miedo a la aventura… le pasan el tipo de cosas que me están ocurriendo a mí cada día desde que llegué.

Lo que aprendí rápidamente, en tan sólo una semana, es que aquí no puedes pasar un día sin trabajo a no ser que tengas muchos "pounds". ¡Es increíble como se va el dinero! Llegué a pensar que se me perdía, que se me caía por el agujero de algún bolsillo, pero… no. Me los he gastado. ¡Y no en ropa!

Por extraño que parezca, he aceptado la realidad de mi situación económica y paso por la puerta del Zara sin patalear, ni híper ventilar, ni usar las orejeras de los burros, ni nada de eso. ¡Incluso entré y salí sin comprar nada! Bueno, en realidad sólo fue una vez, y fue para dejar un currículum, pero, igualmente ¡qué orgullosa estaría mi madre de mí!

Como experiencia está siendo increíble, de verdad. Los ánimos están arriba y todo va más o menos sobre lo previsto. Sólo falta acabarlo de cuadrar, o sea, encontrar un trabajo, pero en fin, si no sale, tampoco pasa nada. Me volveré a España habiendo cumplido mi objetivo y mis expectativas que eran, simplemente, vivir la experiencia.

Ahora que ya nos hemos ubicado, llevamos mejor lo de los pounds pero la primera semana nos dieron a base de bien. Como teníamos que comer fuera (porque estábamos alojados en el hotel), íbamos buscando los sitios más baratos. Pero hacer supervivencia en el centro de la ciudad… pues no.

Paseando por George Street, el puro centro de Edimburgo, vimos un restaurante con una pizarra fuera que decía Menú £8,95". Nos extrañó un poco, pero no nos lo pensamos. Bueno pues os informo de que el menú español de entrante + primero + segundo + postre o café + bebida + pan sólo existe en España. Éste sólo era un plato + una copa de vino.

Así que si no quieres quedarte con hambre y con £9 menos en el bolsillo. Fíjate que en la pizarrita ponga el número de platos (two courses, three courses).

Otra cosa que debes saber es que las sugerencias del camarero NO SON GRATIS. El segundo día que comimos por la ciudad creímos que habíamos acertado. Encontramos otro sitio en el que podías escoger 2 platos por £7 o 3 por no recuerdo cuánto. Total, entramos, nos aseguramos de cómo funcionaba y pedimos nuestro entrante y segundo plato.

El segundo de Pedro era una pizza. Y la camarera le pregunta “¿con patatas?”. Evidentemente, le dijo que sí. Cuando llegó la cuenta, nos habían cobrado £3 por las malditas patatas que, para más inri, no se las comió porque había demasiadas.

Otra cosa que he aprendido es que si alguna vez tengo que irme a otro país una temporada, me buscaré el alojamiento desde España. No por nada, pero así me ahorraré mucho dinero. Porque tiene delito irte a la aventura, pero como una princesa, ¡de hotel toda la semana!

Tenía la opción de irme de cenicienta a un Hostel, Guest House o Bed & Breakfast (como quieras llamarlo), que en muchos de ellos puedes alojarte "gratis" a cambio de limpiar un par de horas al día. Pero claro…lo de compartir habitación con 7 u 8 personas más… como que no; soy demasiado antisocial para ese tipo de prácticas de socialización. Y seguramente, hubiera aprendido mucho y muy rápido de aquellos españoles que llevan la palabra “superviviente” escrita en la frente, pero en fin, elegí la vía rápida y cómoda.

Nunca sabes cómo te van a ir las cosas e, insisto, soy muy cateta para esto de salir de mi casa y buscarme la vida. Pero tampoco me ha ido tan mal, lo único que la primera semana me gasté más dinero de lo que me he gastado en todo el mes siguiente. Ahora, el único gasto que hacemos a parte del alquiler es el del súper. Andamos 2 horas cada día, para ahorrarnos los £2,40 que vale el billete de ida i vuelta del bus (por persona), algo que yo justifico con lo de hacer ejercicio.

Por eso hemos inventado el dicho "En Escocia se aprende a base de pounds"; a base de palos, pero buenos. Aunque esto también va en proporción de lo paleto o empanado que seas, claro.

Si vives en la inopia, como yo, te vas a buscar trabajo a un país que está viviendo la peor crisis en los últimos 15 años. Y te enteras de que están en crisis, dos o tres semanas después, cuando te responden a una solicitud de empleo con el siguiente e-mail:

Gracias por tu CV Marina.
Debido al clima económico, no hay demasiadas vacantes y hemos recibido una aplastante montaña de CVs. Debido al gran número de personas que buscan trabajo, hemos dejado la selección en manos de consultoras que se dedican a la selección de profesionales de ventas y marketing. Con un poco de suerte esto empezará a cambiar pero realmente no vemos que sea posible hasta, al menos, Año Nuevo. Por el momento, mis mejores deseos con tu búsqueda de trabajo.

Vaya, que casi me compadeció… ¡C’est la vie! Si me hubiera informado acerca de la coyuntura políticoeconómica en lugar de buscar información meteorológica para saber si me llevaba gabardina impermeable con capucha o abrigo de paño…

martes, 27 de octubre de 2009

Españoles en Edimburgo

Cuando pensé en irme 3 meses a un país del Reino Unido, uno de los factores que me hizo decidirme por Edimburgo fue mi infundada creencia de que aquí no habían tantos españoles como, por ejemplo, en Londres.

Primero pensé en Irlanda (Dublín), pero ya que iba a estar sólo tres meses, decidí ser práctica y escoger un destino donde tuviera algún contacto que pudiera facilitarme las cosas. Con los años, mi espíritu aventurero ha dejado paso a una comodidad casi perezosa.

Bueno, pues mi infundada creencia empezó a venirse abajo cuando mi madre, que a sus 52 años me da mil vueltas en esto de la iniciativa aventurera, me pasó un artículo que había encontrado en Internet, escrito por un chico que estuvo en Edimburgo y explicaba los sitios dónde ir, cómo moverte… bueno, esa información útil que tanto necesitamos los que viajamos. El artículo era de 2004… 2.500 españoles censados en Edimburgo.

Así que, lo de no relacionarme con españoles iba a ser un poco difícil. Aunque bueno, dado que con los años, además de perder el espíritu aventurero también estoy perdiendo el social, tampoco tenía muy claro si me iba a relacionar con alguien, en realidad.

Relacionarme no, pero encuentros con españoles hemos tenido alguno, por supuesto, memorable:

El primer encuentro, totalmente fortuito fue en una cabina de teléfono. El primer día, llevábamos tan sólo horas en la city y queríamos llamar a nuestro contacto. Pedí cambio en un bar y seguí las instrucciones: mínimo una moneda de 20 peniques, mete la moneda, marca el número, habla y si no conectas, recoge tu dinero y vuelve a llamar. Cómo en el resto del mundo, ¿no? Pues no. Metimos el dinero, marcamos los 3 primeros números y al cuarto (hay como 8 números) salía una tía muy amable que con su amable voz en off nos decía no sé qué en inglés.

Con tan sólo unas horas en la city, sin saber a dónde ir, peleándonos con una cabina de teléfono… Paco Martínez Soria a nuestro lado, un aficionado. Y no hacíamos más que marcar el número y la tía del teléfono, en inglés, diciéndonos que no, que marcáramos otra vez.

Cómo debió verme Pedro que oyó pasar a un grupito de españoles jóvenes y salió a la caza. Pocos segundos después me vi explicándoles a unos españoles experimentados en esto de estar fuera de casa, que la cabina no me hacía caso, no me devolvía el dinero y no sabía si el número era correcto.

Por suerte, yo no estaba loca y mi histerismo era justificado. Realmente la cabina estaba rota y, después de comparar el número de teléfono que teníamos con el de uno de ellos, era correcto, tenía los mismos cincuenta mil dígitos.

Otro encuentro memorable surgió en nuestra búsqueda de trabajo. Una de las actividades (totalmente improductiva, por cierto) que llevamos a cabo fue dejar el currículum en persona en todos los hoteles del centro de la ciudad. Nuestro contacto aquí nos dijo que fuéramos a uno de ellos en los que él había trabajado y preguntáramos por una conocida suya.

Al llegar a Recepción había un chico joven y le contamos la historia, que éramos amigos de un amigo de una empleada que había trabajado allí, bla bla bla. Evidentemente, nos preguntó el nombre de nuestro amigo. Al decirle “Paco” pegó un bote de la silla, y con los ojos fuera de sus órbitas me dice “¿Paco?” Y yo “Sí” y cuando iba a darle más detalles me interrumpe, casi emocionado, “¡Paco! ¡Paquitooo!” Muy fuerte. ¿No había un anuncio muy similar? Lo que es el producto español, ¿eh? Dejando huella.

El segundo encuentro cómico tuvo lugar un domingo por la mañana que salimos a dar un paseo por la ciudad. Hacía un día fresco, pero ventoso, vaya, como siempre, y delante de nosotros, a unos 10 metros, vemos dos parejas de jóvenes. Ellos iban vestidos con una chupa de cuero y una auténtica falda escocesa. Ellas vestían normal, jeans y bambas.

Conforme nos íbamos acercando y me fijo en las piernas… ¡Madre mía! ¡Qué gemelos! Y eso mismo fue lo que pensé y le dije a Pedro “Qué gemelos tienen los escoceses, ¿no?” Pues justo acabar de decir la frase, les adelantamos y oigo que le dice uno al otro “Joder, ¡qué bien esto de la falda, parece que lo llevas todo más suelto!” Escoceses ¿no? Sí, del norte. Qué ojo tengo.

Realmente nos ha pasado mucho. La gente se mueve tanto por el mundo que ya no sabes de qué madre son. Y, a diferencia de lo que yo creía, no todos los escoceses son pelirrojos o rubio platino, con ojos claros y tono de piel blanco aspirina. ¡Mira William Walace! ;)

El tercer encuentro fue total. Era el Edinburgh Open Doors Day en la city, o sea, el fin de semana en el que muchísimos museos, edificios emblemáticos o sitios de interés turístico son gratis. Decidimos ir al Royal Observatory, la peor elección para ser un domingo a las 14:00, teniendo que ir en autobús y sin comer, porque nos habíamos levantado a la una.

Cuando después de media hora en autobús aceptamos que nos habíamos perdido, decidimos preguntarle al conductor del autobús “The Royal Observatory?”. Por la cara que puso, el tío no tenía ni idea de qué le estábamos hablando. Intenté explicarle la ruta, con el mapa y todo y entonces me dice (en español) “Pero eso del Observatory ¿qué es? No lo he oído nunca, y llevo tres años aquí”. Casi me caigo de culo; me quedé como en los dibujos del doctor Slum, con la cabeza torcida y la gota cayéndome por la frente. Yo esforzándome por explicarle dónde creíamos nosotros que estaba, y el tío era español.

El encuentro masivo con españoles ha venido por necesidad. Nos hemos apuntado a clases de inglés en la escuela Basil Paterson, en Queens Street (£25 todo el mes y si vas al 80% de las clases te devuelven £5). Pues el día que fuimos a inscribirnos ya se habían apuntado como 50 personas antes de nosotros. 45 eran españoles. La verdad es que no está tan mal. Por lo menos puedes hablar de tu país y tus costumbres y te enteras de muchas cosas interesantes, sobre todo, donde beber cerveza barata, dónde ir de fiesta… ¡Estudiantes! ;)

Y aunque toda nuestra gente nos llamara o escribiera mails desde España diciéndonos que había visto el programa ‘Españoles en Edimburgo’, que había una buena samaritana llamada Melani, que ayuda a todos los españoles que llegan aquí perdidos como nosotros, a lo Paco Martínez Soria, que si habíamos visto aquello o lo otro… aún no lo hemos visto. Debe ser por eso de que cuando más te dicen que hagas una cosa menos ganas tienes de hacerla… Os invito a verlo en Españoles en Edimburgo

domingo, 25 de octubre de 2009

Dejar de fumar en Edimburgo

Soy una de esas personas que se sube por las paredes si no hace nada. Y esto es el pez que se muerde la cola: como no entiendo el escocés, no consigo trabajo y como no trabajo, no puedo mejorar mi inglés, ni trabajando ni relacionándome con la gente en los bares, porque no hay dinero…. Bueno, es lo que tiene no haber sido tocada por el don de la paciencia, como mi hermano.

Pero claro, todo esto se llevaría mejor con unos cuantos miligramos de nicotina diarios… ¿En qué momento pensé que podría aprovechar esta experiencia para dejar de fumar? Y lo que es más importante, ¿por qué nadie me quitó la idea de la cabeza? Estar en paro y sin fumar… Menuda combinación para una histérica hiperactiva como yo. Por el bien de la costura de mis tejanos, mas vale que canalice mi ansiedad o, mejor, encuentre trabajo. Menos mal que la belleza está en el interior y mi familia y amigos me queréis tal y como soy...

Pues sí, con eso de que aquí no se puede fumar en ningún establecimiento cerrado, pensé que sería un buen momento. Me traje 3 paquetes de Nobel (mi compañero durante tantos años) y dije que cuando me fumara el último no compraría más. Esta especie de promesa no tenía nada que ver con el hecho de que te cueste lo mismo un paquete de tabaco que un desayuno. Simple y sinceramente, quería dejar de fumar.

Y para aquellos que me conocen, incrédulos ante esta declaración… ¡LLEVO UNA SEMANA SIN FUMAR! Y teniendo en cuenta que ya llevaba 2 fumando sólo un cigarro al día, contemos casi como 3 semanas… Hasta hoy…

Parece que mi destino me esté guiando de tal manera que cada día me pase algo extrañamente gracioso. Esta mañana volvíamos andando desde el centro, como cada día, hablando de nuestras cosas y mirando al suelo. Especifico ‘mirando al suelo’ porque si no lo haces corres el riesgo de romperte la crisma, pues las aceras de esta ciudad las hicieron tirando las piedras con el cemento fresco, desde un quinto piso y esperando a que se secara el cemento, tal como hubieran caído. O quizás es que cada vez que hacen obras en la carretera, levantan las aceras y se olvidan de arreglarlas… no, porque las carreteras están peor que las aceras…

En fin, volviendo al tema, en un momento dado Pedro chuta un paquete de Marlboro Light. Yo le doy el segundo chute. Él le da el tercero. Y cuando yo le doy el cuarto… Vislumbro entre la abertura de la cajetilla dos objetos blancos y cilíndricos. “¿Cómo podía estar pasándome esto?” Efectivamente, nos agachamos casi empujándonos, abrimos la cajetilla, y allí estaba, nuestro premio por habernos portado tan bien. Ahora que dejamos de fumar, ¿nos ponen un paquete de tabaco en los morros?

Así que después de comer nos hemos encendido el ansiado cigarro, por aquello de la nostalgia, simplemente, y en la primera calada… el sabor de la desilusión. No habíamos pensado que era un Marlboro Light inglés y además, a saber el tiempo que llevaba en la calle… No sabía a nada; como aspirar un puñado de paja.Cabizbajos y yo sintiéndome culpable por haber roto el pacto para nada, hemos tirado a la basura la mitad del cigarro.

Así que hasta que venga mi hermano dentro de dos semanas, tengo tiempo de pensarme si le pido un paquete para tener de reserva por si me da la nostalgia o… cumplo mi pacto.

sábado, 24 de octubre de 2009

Edimburgueando ve la luz

Confío en que aquellas/os openminded que hayan leído a Marian Keyes, disfrutarán de lo lindo con este humilde espacio cuyo principal pretexto es ése, arrancar una sonrisa en nuestras a veces, quizás, monótonas vidas. Bueno, más que arrancar... simplemente dibujar.

Hace un mes y cuatro días que estoy viviendo la que seguro será la experiencia más curiosa de mi inestable vida... Y hasta hoy, mantenía informados a los míos a través del e-mail o, con suerte, si lográbamos coincidir, a través de msn. Pero lo bueno de tener gente buena a tu alrededor es que te dan buenas ideas, buenos consejos. Yo pensaba escribir una especie de diario con lo que me iba pasando aquí, que, os lo aseguro, no tiene desperdicio.

Pero, para mi sorpresa, de cada e-mail que enviaba a los míos, recibía muy buenas críticas e incluso manifiestas ansias de recibir una nueva entrega. Y antes de ayer, mi flaca me dijo "Nena, leer tus e-mails es como leer a Marian Keyes. ¿Por qué no escribes un blog?" Al principio la idea me sobrecogió un poco... demasiado para mi? Pero después de tener a la flaca 1hora por el messenger "Prométemelo. Prométemelo.Prométemelo.Prométemelo.Prométemelo. Mañana a esta hora quiero verlo en la red"... A ver quién se niega!

Total, que este será mi rinconcito de experiencias en el que os invito a gozar de mi inexperiencia como viajera del mundo. Living Edimburgo o Edimburgueando... lo que ustedes prefieran... ve la luz hoy y, por supuesto, se lo dedico con toda mi gracia y mi amor a mi flaca y a mi futura sobrina....